Aprendizaje.



Con todo lo improbable que pueda parecer, las siguientes situaciones tienen algo en común:

 • Al término de un curso de entrenamiento en el zoológico nacional, los mejores alumnos demostraron sus conductas recién adquiridas: Junior, un joven orangután, limpia su jaula a cambio de la oportunidad de soplar un silbato; un par de lagartos de 18 pulgadas de largo saltan dos pies en el aire para recoger insectos de la punta de un fórceps; una chinchilla se pesa a sí misma saltando a una canasta colocada sobre una balanza; y el tigre Pelea recupera un barril flotante del foso del área de exhibición.
 • Jason, un niño de 11 años, diagnosticado con el trastorno por déficit de atención tiene dificultades para prestar atención y concentrarse en la escuela. Usando una técnica conocida como neurorretroalimentación, Jason ha aprendido a monitorear y controlar sus ondas encefálicas, lo cual ha incrementado su habilidad para concentrarse y prestar atención en sus estudios; esto, a su vez, ha permitido una mejoría en sus calificaciones. 

• Mientras conduce a lo largo de una avenida congestionada, un hombre de mediana edad mira la banca del parque y, por un momento, su corazón late con fuerza al tiempo que él experimenta una cálida sensación en su cuerpo. Al principio no entiende por qué el hecho de pasar por este lugar ha evocado una emoción tan fuerte. Luego recuerda: éste era el sitio de reunión que una vez compartió con su novia del bachillerato hace más de 20 años. 



Aunque estas situaciones ocurrieron fuera de los confines de un salón escolar, todas son ejemplos de aprendizaje. La mayoría de la gente equipara al aprendizaje con el estudio, pero los psicólogos lo definen de manera más amplia, como el proceso por el cual la experiencia o la práctica producen un cambio relativamente permanente en la conducta o potencial conductual. Esta definición ciertamente abarca el aprendizaje académico, pero cubre también muchas otras formas de aprendizaje: aprender a apagar las luces cuando salimos de un cuarto, aprender de qué manera hay que introducir la llave en la cerradura de la puerta de entrada, aprender a no caerse de los esquíes, aprender a bailar.

Condicionamiento clásico


 ¿Cómo ayudó el descubrimiento de Pavlov del condicionamiento clásico a arrojar luz sobre el aprendizaje?

Iván Pavlov (1849-1936), un fisiólogo ruso que estudiaba los procesos digestivos, descubrió el condicionamiento clásico casi por accidente. Como los animales salivan cuando se coloca comida en su boca, Pavlov insertó tubos a las glándulas salivales de algunos perros para medir cuánta saliva producían al recibir comida. Sin embargo, advirtió que los perros salivaban antes de que la comida estuviera en su boca: el solo hecho de ver el alimento los hacía babear. De hecho, babeaban incluso ante el sonido de los pasos del experimentador. Esto excitó la curiosidad de Pavlov. ¿Qué estaba haciendo que los perros salivaran aun antes de tener la comida en la boca? ¿Cómo habían aprendido a salivar en respuesta al sonido que hacía el experimentador al acercarse? Para responder esas preguntas, Pavlov intentó enseñar a los perros a salivar cuando no estuviera presente la comida. Diseñó un experimento en el cual sonaba una campana justo antes de llevar la comida a la habitación. El sonido de una campana por lo regular no hace que la boca de un perro se haga agua pero, después de escuchar la campana muchas veces justo antes de ser alimentados, los perros de Pavlov empezaron a salivar en cuanto sonaba. Fue como si hubieran aprendido que la campana señalaba la aparición de la comida, y sus bocas se hacían agua ante la señal incluso si no se presentaba la comida. Los perros habían sido condicionados a salivar en respuesta a un nuevo estímulo —la campana— que normalmente no había producido esa respuesta (Pavlov, 1927). 




Aprendizaje cognoscitivo .


¿Aprenden los niños a comportarse violentamente al observar a los adultos?

Tanto el condicionamiento clásico como el operante dependen de la experiencia directa y el control de estímulo. Algunos psicólogos insisten en que en virtud de que los elementos de esos tipos de aprendizaje pueden ser observados y medidos, son los únicos tipos legítimos de aprendizaje susceptibles de estudiarse científicamente. Sin embargo, otros psicólogos señalan la importancia de las actividades mentales como la atención, las expectativas, el pensamiento y el recuerdo como cruciales para los procesos de aprendizaje. Aprendemos a orientarnos en un edificio o un vecindario, aprendemos qué podemos esperar de una situación determinada, aprendemos conceptos abstractos y podemos incluso aprender acerca de situaciones que jamás hemos experimentado directamente. Es imposible observar y medir directamente esos tipos de aprendizaje cognoscitivo, pero pueden ser inferidos de la conducta; por lo tanto, también son temas legítimos para la indagación científica. De hecho, buena parte de la investigación reciente en el área del aprendizaje atañe al aprendizaje cognoscitivo: lo que sucede dentro de nosotros cuando aprendemos.


Aprendizaje latente y mapas cognoscitivos.


 Los primeros experimentos de Tolman y otros psicólogos demostraron que el aprendizaje tiene lugar incluso antes de que los sujetos alcancen la meta y ocurre independientemente de que el aprendiz sea reforzado. Tolman propuso el concepto de aprendizaje latente, que sostiene que los sujetos almacenan conocimiento incluso si este último no se refleja en su conducta actual porque no es provocada por reforzadores. La investigación posterior sugirió que el aprendizaje latente se almacena como una imagen mental o mapa cognoscitivo. Cuando llega el momento apropiado, el aprendiz recurre a este mapa y lo pone en práctica

Aprendizaje por observación 


La teoría del aprendizaje social argumenta que no sólo aprendemos de la experiencia directa, sino también al observar a otros o al escuchar acerca de algo. Albert Bandura afirma que el aprendizaje por observación (o vicario) explica muchos aspectos del aprendizaje humano. Su influyente teoría del aprendizaje sostiene que aunque el reforzamiento no está relacionado con el aprendizaje mismo, sí puede influir en si se exhibe la conducta aprendida. Dicho aprendizaje por observación enfatiza la importancia de los modelos en nuestras vidas. Para imitar la conducta de un modelo debemos: 

1) prestar atención a lo que hace el modelo
2) recordar lo que hizo 
 3) convertir en acción lo que aprendimos del modelo.

 El grado en el cual exhibimos conductas que fueron aprendidas mediante observación puede verse afectado por el reforzamiento y el castigo. La teoría cognoscitiva social enfatiza que aprender una conducta al observar a otros no necesariamente lleva al desempeño de esa conducta. Es más probable que imitemos conductas que hemos visto recompensadas




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